Originalmente construido a principios del siglo XIX, este impresionante palacio neoclásico sirvió como residencia real portuguesa desde 1860 hasta que la monarquía llegó a su fin en 1910. Los visitantes pueden explorar los lujosos apartamentos privados, las salas de estado y la capilla de la Reina, que alberga la única pintura de Portugal de El Greco. Maravíllate ante las exquisitas obras de arte y los muebles dorados que han existido durante cinco siglos. Para llegar al palacio, los visitantes pueden realizar una larga caminata cuesta arriba desde Belém, o tomar el tranvía 18E o el autobús 760 desde Praça do Comércio en el centro de la ciudad.